Aventuras en Neverwinter

CAPÍTULO PRIMERO: VIAJE A PHANDALIN

 

El reducido grupo se hallaba de pie en una de las numerosas habitaciones con las que contaba la casa de Gundrel Rosiquén, a pesar de la avanzada edad del enano este tampoco había hecho ningún amago de dirigirse a las sillas con las que contaba la estancia. Habían quedado hacía rato pero Gundrel, que era incapaz de estarse quieto, había estado haciendo recados desde el amanecer y había llegado tarde a la reunión concertada por él mismo.

Las cinco personas que se habían encontrado ante su puerta esperando su llegada se habían presentado entre ellas para evitar un silencio tenso a demás de entretenerse hasta la llegada del enano.

Habían acudido a la solicitud de Gundrel dos mujeres y tren hombres a cual más diferente del resto.

Varinia, una semielfa de gran belleza con una gota de sangre de dragón, es esbelta como un junco, de cabello largo y brillante, con dedos finos y flexibles que demuestran el mucho tiempo empleado en su profesión, la hechicería.

Tusgha, una semiorco de dos metros de altura y piel verdosa en la que sus definidos músculos se marcan con el mínimo esfuerzo. Lleva una armadura de cuero de diseño antiguo y por encima de cada hombro sobresale el mango de sus armas preferidas, una enorme hacha y una maza a juego regalo de su padre, uno de los generales responsables de la guardia de la ciudad.

Superando por más de diez centímetros los dos metros de altura se encuentra otro semiorco apoyado en la pared de la casa, Holg Azan, su indumentaria le identifica como un clérigo seguidor de Tempus, un dios venerado sobre todo por los bárbaros y los amantes de la lucha.

Como representante de los humanos, raza mayoritaria en Neverwinter aunque no sea el caso en este grupo, está Pit, un buscavidas o bribonzuelo poco más alto que la semielfa. Pit está muy bien considerado dentro de su cofradía, es uno de los mejores haciendo su trabajo pero no se puede decir que el resto de la ciudad le mirase con buenos ojos si se llega a enterar que su cofradía es la dirigida por PEPITO,  jefe de los ladrones y granujas.

Rigter es el más bajo del grupo aunque no tiene ninguna queja al respecto. Es un enano que ha elegido seguir la senda del monje. A pesar de que viéndole no se puede negar su raza si es cierto que mirándole algo más detenidamente se puede observar que sus movimientos son más sutiles y su constitución algo menos gruesa de lo que es normal entre ellos.

En la caldeada habitación Gundrel carraspea.

-supongo que ya sabéis de lo que trata el trabajo- comienza con la típica forma de hablar directa de los enanos- necesito gente dispuesta a escoltar durante tres días un carro con material de minería desde aquí hasta la cercana ciudad de Phandalin, la primera noche tendréis que pasarla a la intemperie pero la segunda podréis alojaros en la casa de un buen amigo mío que está de camino, Dahs, también os dará un mapa algo más detallado de la región por la que andaréis hasta llegar a la ciudad. Como habréis comprendido no puedo permitirme una escolta profesional pero estoy dispuesto a pagaros diez oros por cabeza a la entrega de la mercancía. ¿Alguna duda?-

-En caso de problemas….técnicos, ¿cubres los gastos extras?- pregunta Pit

-Sí, siempre y cuando sean razonables, asumiré cualquier reparación del carro o similar pero como comprobareis es resistente, no deberíais tener ningún problema técnico en ese sentido- contesta el enano-

-¿Y en caso de muerte?- pregunta Holg. Tusgha se estremece, a pesar de todo el entrenamiento ésta va a ser su primera experiencia real y no quiere pensar en esas posibilidades aún.

-En ese caso asumo, dentro de lo posible, el retorno del fallecido…..o fallecida a la ciudad, el 50% del entierro o lo que celebre la familia y los diez oros os los podéis repartir entre el resto- dice Gundrel

-Ya sé que es Phandalin pero una vez allí ¿Dónde hay que entregar el carro?-se interesa Varinia.

-En el almacén conocido como las provisiones de Barten. Se encuentra en la calle principal por la que entrareis a la ciudad. El dueño es otro buen amigo mío con el que tengo varios negocios para beneficio mutuo- responde y Rigter que también es de mentalidad práctica asiente con la cabeza.

-¿Cuándo salimos?- quiere saber Tusgha deseosa de empezar lo antes posible para poder contarles a sus padres la primera aventura.

-Yo salgo en unas horas, vosotros deberéis de salir de aquí por la mañana dentro de dos días. El carro os estará esperando en esta misma puerta y en el almacén lo recogeremos Barten y yo. Tendremos todo preparado para vuestra llegada.